Si bien el control de la producción por el mercado ha costado caro a la sociedad, no es menos cierto que la humanidad, hasta cierta etapa, aproximadamente hasta
El marasmo ha adquirido un carácter particularmente degradante en la esfera más antigua de la actividad humana, en la más estrechamente relacionada con las necesidades vitales del hombre: la agricultura. No satisfechos ya con los obstáculos que la propiedad privada, en su forma más reaccionaria, la de los pequeños terratenientes, opone al desarrollo de la agricultura, los gobiernos capitalistas se ven obligados con frecuencia a limitar la producción artificialmente con la ayuda de medidas legislativas y administrativas que hubieran asustado a los artesanos de los gremios en la época de su decadencia.
La historia dará cuenta de que los gobiernos de los países capitalistas más poderosos concedieron premios a los agricultores para que redujeran sus plantaciones, es decir, para disminuir artificialmente la renta nacional ya en disminución. Los resultados son evidentes por sí mismos: a pesar de las grandiosas posibilidades de producción, frutos de la experiencia y la ciencia, la economía agraria no sale de una crisis putrescente, mientras que el número de hambrientos, la mayor parte de la humanidad, sigue creciendo con mayor rapidez que la población de nuestro planeta. Los conservadores consideran como una política sensible, humanitaria, la defensa de un orden social que ha caído en una locura tan destructiva y condenan la lucha del socialismo contra semejante locura como una utopía destructiva.
Unknown son pateteticos comunistas malditos el capitalismo e sel unico que sisteme qeu fu ciona sin matar por qeu si como los comunistas solo por que s eoponen a su govieronos